Necesitas
tener voluntad de hacerla.
Necesitas
la determinación de seguir adelante..., incluso después de haber chamuscado la
primera tanda de guisos, quemado la salsa, mutilado el filete de pescado... Y
de haberte rebanado un pedazo de la punta del dedo.
Necesitas
la perseverancia, capacidad para entender que cada error se convierte en
información valiosa. Te diré lo que le digo a todo cocinero bisoño de mi cocina
cuando ha estropeado un consomé perfecto: “Tíralo. Empieza otra vez. ¿Te has
enterado de lo que has hecho mal? Bien. No lo vuelvas hacer”.
Aprende
que ya puedes leer todo lo que quieras, sobre cortar una salsa de mantequilla:
hasta que no la hayas cortado de verdad – justo en el momento en que la
necesitabas -, no lo entenderás en el plano instintivo, celular. La meteduras
de pata y recuperarse de ellas – te ayudan a perder el miedo. Y eso es muy importante. Porque
algunos platos saben que estas asustado. Lo sienten igual que los caballos y
como te diría mi amigo Fergus Henderson, “se desmandan”.
Anthony
Bourdain
NuevaYork, 2004¡GRACIAS ROSIBELL!